Como miembro de la generación de inmigrantes que viajaron ilegalmente a pie desde el Kurdistan iraquí a Europa, Hiwa K simula, balanceando en su nariz un objeto creado a base de espejos de motocicleta, la experiencia de caminar por territorio extranjero.
Esta “herramienta de adaptación” actúa como una extensión de órganos y sentidos, involucrando tanto al artista como al espectador en un acto de balanceo. Conforme el artista adapta sus movimientos para acomodar el objeto balanceado, los espectadores se ven obligados a cambiar su percepción en un intento por encontrar un sentido a las desorientadoras imágenes del espejo. De esta manera, captan destellos de lo que Hiwa K llama “preimágenes” o fragmentos de un incierto futuro que nos obliga a encontrar nuestro camino sin saber en qué dirección estamos viajando.