La taxidermia como mayor trampa al futuro. Su truco: dejar el devenir petrificado y conseguir para siempre un presente de apariencia inmóvil. El escenario es el Museo de Historia Natural y el Jardín Botánico y Zoológico de Stuttgart, con el privilegio de poder visitar de noche un edén a golpe de linterna. El futuro reducido a su mayor simpleza, como un arca de Noé sin latidos donde las especies posan dormidas esperando una mirada resucitadora.