Los abuelos de Angela, la directora, sobrevivieron a las deportaciones de Asia Menor a Grecia en 1923. Sus hijos, a su vez, fueron trabajadores-esclavos en la Alemania nazi. Angela Melitopoulos, nieta e hija de refugiados, se adentra en la lógica de la memoria de quien no tiene a dónde regresar, ni patria ni casa.