La historia del bisabuelo del director, empresario tabaquero que fundó la marca Bull Burham, sirvió de base para un viejo melodrama de Hollywood dirigido por Michael Curtiz. Tres generaciones después, McElwee emprende un viaje por Carolina del Sur acompañado de todos los fantasmas, de Curtiz y su abuelo, sabiendo que la excusa inicial de ese viaje puede transformarse en cualquier momento y cambiar no sólo la película, sino su idea de la vida.