Punto de Vista es algo más que un festival, es un foco de ideas que posibilita la producción cinematográfica en forma de ensayo audiovisual y diario filmado. El compromiso con la no-ficción se traslada de esta forma a un tiempo futuro, que apuesta por impulsar la creación contemporánea y reivindicar la exploración.
X Films nació hace diez años con el objetivo de apoyar a documentalistas emergentes y alumbrar nuevas películas en el territorio foral. La colección de filmes generada por este proyecto muestra una Navarra contada —hasta ahora— por diez cineastas españoles; un archivo fundamental a través del cual se ha configurado un retrato del territorio que ya forma parte de su patrimonio cinematográfico.
Fue la productora navarra fundada en los años 60 por Juan Huarte la que inspiró el proyecto y le dio nombre, una iniciativa imprescindible para entender la producción y desarrollo de ideas dentro de la vanguardia artística. Impulsado por ese mismo espíritu, el Festival invita todos los años a tres realizadores o realizadoras a presentar un proyecto de ensayo audiovisual para rodar en Navarra. Un jurado elige la propuesta ganadora, que se estrena en la siguiente edición de Punto de Vista. Este año se exhibirá la décima película ganadora de X Films, “Gorria”, de Maddi Barber, y se invitará a Maider Fernández, Alberto Gracia y Laida Lertxundi como candidatos de X Films 2020.
Con motivo de la celebración del 10º aniversario del Proyecto X Films, se exhibirán en una sesión especial todas las películas ganadoras. También lo celebramos con la publicación de un libro que incluye una reflexión de Miguel Fernández Labayen —miembro del grupo de investigación Televisión y Cine: Memoria, Representación e Industria (TECMERIN), de la de la Universidad Carlos III de Madrid— en la que identifica a X Films como uno de los momentos culminantes de la historia del Festival.
«Una iniciativa como X Films puede comprenderse como un corpus de películas producidas por un festival concreto (Punto de Vista) y con unos requerimientos concretos de duración (superior a 20 minutos), temática (la producción debe centrarse en temas de Navarra) y con una financiación limitada (en torno a unos 5 000 euros). Esta lógica genera una serie de conexiones y genealogías entre los distintos filmes. Por ejemplo, cualquiera puede deleitarse con la variedad de los paisajes físicos, humanos y sonoros que representan Navarra en las diversas producciones de X Films: desde la políglota pensión de Pamplona de “Notas de lo efímero” (Chus Domínguez, 2010) a la estimulante y ruidosa indagación de goitiberas y aviones teledirigidos en “Goitik behera, behetik gora” (Usue Arrieta y Vicente Vázquez, 2011), los desérticos parajes joteros de las Bardenas en “Dime quién era Sanchicorrota” (Jorge Tur, 2012) o la inquietante convivencia de tecnología y naturaleza en “La vía flotant”e (Zazpi T’erdi, 2018). Una mirada transversal a las producciones de X Films facilitaría también otro tipo de conexiones y lecturas sobre cuestiones sociales, tradiciones y manifestaciones subculturales en Navarra, conjuntadas con intensas visiones sobre las dinámicas de género y sexuales, exploradas en “La casa de mi padr”e (Francina Verdés, 2013), “Carretera de una sola dirección” (Xiana Gómez-Díaz, 2015) o “La cosa vuestra” (María Cañas, 2017). En definitiva, la contemplación de las diez películas producidas por X Films, con sus vasos comunicantes y diferentes estrategias formales y culturales, es un placer que, de nuevo, redunda en la riqueza y profundidad de esta iniciativa de Punto de Vista.
Como miembro del equipo de selección del Festival desde el año 2010 hasta el 2013, siempre me pareció que X Films suponía uno de los momentos culminantes de Punto de Vista. Desde la inicial selección de los tres artistas participantes en cada edición hasta su exposición de los distintos proyectos y de sus trayectorias durante la celebración del Festival pasando, por supuesto, por el diálogo que dicha exposición permite triangular en las presentaciones públicas de los proyectos con su evaluación por el jurado elegido para la ocasión y la participación del público presente en las sesiones de debate, X Films pone de manifiesto la irrenunciable voluntad de Punto de Vista por acercar e intervenir en los debates culturales en Pamplona y en el cine y vídeo documental en España. Desde luego, cualquiera que haya asistido a las presentaciones de X Films recordará esas sesiones como encuentros profesionales sin ser elitistas, rigurosos sin resultar aburridos. El Festival se presenta así como espacio nutriente, que acoge y genera nuevas ideas, materializadas en los citados encuentros y en las películas que surgen de ellos, algo por otro lado ya presente en Punto de Vista en iniciativas como La mano que mira (2008), proyecto en el que siete videocreadores grabaron cada uno una pieza de entre cinco y diez minutos con un móvil N95.
En definitiva, las memorias y las relaciones ensayadas por público y participantes en X Films señalan la importancia de proyectos como el presente. Tanto la voluntad experimental del proyecto, aglutinadora de sensibilidades estética y socialmente radicales, como el desbordamiento del estricto marco del Festival que resulta de X Films conllevan que esa visión expandida de la que hablaba anteriormente deba ser celebrada y valorada. Pues son esos momentos, en los que los espectadores, los cineastas y los jurados se juntan alrededor de un «todavía», marcado por posibles películas en trance de llegar a producirse, cuando se explicitan los vínculos colectivos y el tejido social que fundamentan nuestra razón de ser».