Cinco rostros o cinco perfiles, quizás es mejor decir que son cinco miradas las que aquí se presentan en esta propuesta para debatir el metacine en lo personal: cuando el cineasta en vez de filmar es filmado. Hunter hunted es la expresión para ese plano donde sin quererlo el autor del filme se cuela en el fondo de la imagen en un despiste del rodaje. Hay fetichistas que los colecccionan. Aquí más allá del fondo y del fetichismo, los retratistas de estas cinco figuras buscan que sea el primer plano el que nos revele los detalles que a distancia quedan diluidos.
¿Y por qué cinco? ¿Y por qué estos cinco? Es nuestra labor de programadores detectar tendencias y los documentales que se presentan aquí son en su mayoría trabajos que acaban de producirse, como cinco trabajos que conforman entre ellos una familia reciente, con sus similitudes y diferencias. Coinciden asimismo con otros trabajos de estos años como un filme retrato de David Lynch, otro de Jonas Mekas o uno póstumo de Chantal Akerman… pero desgraciadamente no nos cabe todo en nuestra roca Rushmore del cine y los aquí presentes conforman un buen conjunto con el que estudiar y debatir sobre cine y formas de hacer cine.
¿Cómo filmar a un cineasta? ¿Es adecuado hacer el retrato con su propia manera de hacer cine? ¿O será arriesgado? ¿Ser cercano, es decir, que el retratista le conozca o que le resulte ajeno, es ventaja o plantea incovenientes? ¿Todas las películas definen a sus cineastas? ¿Cómo se arma el álbum de fotos de un ser que de normal habita el otro lado de la cámara?
Todos estos interrogantes se irán desvelando en estas cinco propuestas de Cazador Cazado, que si algo pone de manifiesto es la pasión en común que viven estos cinco maestros por contar historias con imágenes. Ninguno de ellos puede estar sin rodar, y en eso son irrepetibles y únicos, cinco cineastas de nuestro tiempo, cinco cineastas contados.