EL CINE EN PRIMERA PERSONA DE ANNE CHARLOTTE ROBERTSON
Anne Charlotte Robertson (1949-2012) fue una cineasta independiente que le dio un nuevo y melancólico significado a este término. Y es que calificar el cine de Robertson de «independiente» implica reconocer no solo el mínimo respaldo económico e institucional que se le ha dado a su obra, sino también la manera en la que sus películas hablan de una forma dolorosamente directa de su independencia extrema como artista y como mujer que vivió y trabajó sola la mayor parte del tiempo. Desde luego, la lucha de Robertson con la soledad y con su diagnóstico clínico de trastorno maníaco-depresivo formaba parte integral del complejo tejido de sus películas y, sobre todo, de su gran obra, Five Year Diary, una crónica de su vida de 36 horas de duración, iniciada en 1981 y finalizada diecisiete años después.
En un primer momento, el objetivo de este proyecto era supervisar y medir de forma exhaustiva la cambiante imagen de la autora y, en particular, sus fluctuaciones de peso; pero Five Year Diary se convirtió en una ambiciosa producción con 82 partes (o «rollos», término preferido por Robertson), la mayor parte de las cuales se centraban en un solo acontecimiento, de mayor o menor relevancia: la visita a un familiar, una crisis nerviosa, la muerte traumática de un familiar… Al dirigir la cámara a su vida cotidiana, Robertson descubrió una forma de autoterapia vital, expresada de forma más directa a través de las numerosas capas de diálogo que solía acumular sobre sus imágenes, mediante comentarios francos (algunos de ellos en directo durante las proyecciones de Five Year Diary y añadidos después) que revelaban las profundas e inestables emociones que definían el mundo de Robertson, dando voz al mismo tiempo a su sentido del humor, cálido y lleno de autodesprecio.
Five Year Diary también proporciona un importante registro de la continua evolución creativa de Robertson, una artista que, a lo largo de su carrera, no dejó de experimentar con diversos enfoques y técnicas para crear una obra compleja que da cabida tanto a la crudeza de la emoción y de la confrontación como a la tranquilidad y la sencillez líricas. Esta retrospectiva en tres partes destaca la variedad del extraordinario cine de Robertson: se incluyen sus primeras películas, realizadas antes de que se matriculase en el posgrado del Massachusetts College of Art and Design; películas clave de su etapa como estudiante, y también se ofrece una amplia exhibición de Five Year Diary. Aunque la cineasta elaboró la mayor parte de su obra durante sus estudios de posgrado, la visión y el enfoque cinematográficos singulares de Robertson se manifestaron de inmediato en sus primeras obras, antes de que comenzara a estudiar cine. Puede que la mejor forma de entender a Robertson sea con el término outlier, acuñado recientemente por Lynn Cooke: una artista que navegaba por ese rico espacio intersticial entre el centro de las vanguardias y esa periferia ambigua que se asocia al artista outsider. Así, las películas de Robertson entablan un fructífero diálogo cómplice con las películas vanguardistas y las tradiciones encarnadas por directores de referencia como Marie Menken, Ed Pincus y Jonas Mekas, pero al mismo tiempo mantienen una fijeza categórica y vital en su propia experiencia singular de la vida.
Todas las obras incluidas en esta retrospectiva proceden de la colección del Harvard Film Archive, al que Anne Robertson legó sus películas y sus documentos poco antes de morir en 2012.
Haden Guest
Director, Harvard Film Archive
Profesor Titular, Departamento de Arte, Cine y Estudios Visuales en la Universidad de Harvard