En esta sesión, además de la proyección, las y los cineastas presentarán brevemente aspectos del proceso de producción de sus películas.
Descartes
Concha Barquero, Alejandro Alvarado
España, 2021, 21 min, DCP, color-ByN, español
Imagen, montaje: Concha Barquero, Alejandro Alvarado. Sonido: Juan Carlos del Castillo. Música: Paloma Peñarrubia. Producción: Alvarquero
8 filmes sobre la guerra
Pablo Casanueva
España, 2021, 33 min, DCP, color, asturiano-español
Imagen, montaje: Pablo Casanueva. Sonido: Carlos Maestre. Música: Manuel de Falla (Tine Thing Helseth y Kathryn Stott). Producción: Solombra
Que hay vidas más vivibles que otras no es noticia. No son vidas más valiosas pero sí más valuadas, y ejercen sobre las otras todo el peso de su capital. Después de la muerte, su vida eterna también es más eterna y más sagrada que la de las otras. Lo mismo pasa con las películas. Hay algunas que tienen una vida infinita y otras que no tienen vida alguna. Sobre esa idea existe Descartes, de Concha Barquero y Alejandro Alvarado. Hay películas para las cuales un descarte es un residuo, quizás un extra, pero para una película prohibida esos descartes son los únicos fragmentos en salvarse de la censura, son sus radicales libres. Con eso se encontraron las cineastas al visitar la Filmoteca Española en busca de materiales sobre Rocío, de Fernando Ruiz Vergara, 260 rollos de negativos. El sonido está perdido. Lo recomponen la lectura de la escabrosa sentencia a favor de la censura de la película y dos textos de Francisco Espinosa Maestre sobre la represión franquista. Por su parte, Pablo Casanueva presenta ocho cortometrajes unidos sobre la guerra y sus efectos en Asturias. Son ocho prolongaciones post-mortem de algunas vidas que parecían olvidadas. El cine recupera para los que luchan lo que el estado se encargó de otorgarle sólo a represores y bandidos. La película comienza con un mapa de lo que vendrá: la construcción del puente que une las dos orillas de Ribeseya, un puente que ha pasado las mil y una: su vieja madera fue alguna vez vendida por cinco mil pesetas, otra vez dinamitado para evitar el avance del fascismo, un avance imparable. La película, como un puente, está hecha con distintos materiales: cartas, fotos, archivos públicos, recuerdos, memoria oral. Uno a uno, cada corto adquiere el ritmo y la forma de esos materiales, como botellas hechas a mano, llena de cartas arrojadas al mar que llegan desde un pasado que es necesario pensar, que es necesario hacer convivir con el presente.
Lucía Salas