Banks of the Nile
Charles Urban
Reino Unido, 1911, 6 min, DCP, color, silente
La canta delle marane
Cecilia Mangini
Italia, 1961, 11 min, DCP, color, italiano
Rentrée des classes
Jacques Rozier
Francia, 1956, 24 min, DCP, ByN, francés
Como tantos pioneros de este arte, Charles Urban vendió toda clase de cosas antes de vender películas. Para sus películas científicas y de viajes, acuñó el tremendo eslogan «Ponemos el mundo ante ti». Ante ti, ante tus ojos de 1911 que apenas han salido de casa y no conocen otros cielos, otras tierras, otras aguas. La Charles Urban Trading Company trajo las aguas del Nilo en Kinemacolor y no eran azules, eran verdirrojas, y los niños egipcios no eran blancos, eran negros y la cámara no les quitó ni un gramo de misterio. Tampoco se lo añadió a los colonos británicos, perfectamente incongruentes con el paisaje.
Los niños bañistas de Cecilia Mangini, sin embargo, hacen cuerpo con él, se mezclan bien mezclados las pieles desnudas las briznas de hierba los salpicones de agua. (Las niñas quedan fuera del placer y la diversión, del pelearse para tocarse, por ejemplo, porque su cuerpo no les pertenece.) Escuchamos en off unos recuerdos de infancia apócrifos de Pier Paolo Pasolini, recuerdos que todavía se podían filmar, todavía existían ese lugar y esas circunstancias. Ya no existen más. La voz da a ratos un destino a las imágenes, dice: hambre, robo, cárcel. Pero también las agita: estos niños son vuestros enemigos, se cagan en la sociedad.
Un riachuelo a las afueras de Roma era «como el Misisipi» para la banda de Pasolini; con cierta puesta en escena y cierto ir y venir de la música, un río de la Provenza te hace pensar en el Amazonas. ¿Qué niño no ha deseado viajar en río y que el río te lleve, te lleve hasta el mismísimo mar? El viaje en río de Jacques Rozier es cortito y acaba en el lavadero y aun así... ¿qué niño no se ha extraviado, solo, y ha vivido aventuras que no contará a nadie al lado de casa, qué niño no ha ensanchado el mundo con muchos menos recursos que Charles Urban?