Presentación a cargo de Piluka Perona, simpatizante del Arga y miembro de Solidari@s con Itoiz.
An-Nil oual hayat
Youssef Chahine
Egipto-URSS, 1964, 109 min, DCP, color, árabe-ruso
Nasser llamó a la presa alta de Asuán «pirámide para los vivos». Apelaba, obvio, a la grandeza, pero se impuso el costado funerario del término: se cerró el paso al limo negro que mencionaban hasta nuestros libros de texto, en el valle, y se abrió paso al agua salada del mar, en el delta; se trasladó Abu Simbel y no las casas de los nubios, obligados a vivir en poblados de realojo, idénticos unos a otros, como cuarteles. Alguien lo cuenta en la película de Youssef Chahine, donde no hay rastro de versiones oficiales, ni una triste aparición del dúo Nasser-Kruschev. La película fue censurada por ambos gobiernos. A Chahine le interesaba la gente de abajo, por justicia, seguro, y quizá porque sencillamente son más interesantes, porque según trepas la neurosis se lo come todo, y la neurosis es un apagón mental. Pensar, sin embargo, actividad opuesta al dale que dale neurótico, «sienta bien», se lo dice el ingeniero soviético Nikolai a su amigo nubio Barak. Se conocen bañándose por última vez en las aguas del viejo Nilo y su encuentro irradia tal alegría física... Chahine ama a los hombres y se solidariza con las mujeres. Inventa una multitud de personajes principales, hace virguerías con los idiomas implicados, resuelve en un golpe sonoro el compromiso de llevarnos de Asuán a Stalingrado. La grandeza está en su película, que preserva la belleza aparente, ordinaria, como quería el adulto-niño del Desná.