Lecciones de cosas: Rossellini, Godard-Miéville

Lecciones de cosas: Rossellini, Godard-Miéville

Muchos de los debates en torno al cine documental pueden enmarcarse en otro más amplio: el debate sobre los géneros «didácticos», cuya larga trayectoria en la historia de la literatura y del arte alcanza al cine: la biografía, el retrato, la confesión, las memorias, el tratado, el ensayo, así como los géneros herméticos, han nutrido al cine desde sus orígenes hasta hoy.

Proyectos didácticos radicales fueron los desarrollados desde mediados de los años sesenta hasta finales de los setenta por Roberto Rossellini y por la pareja formada por Jean-Luc Godard y Anne-Marie Miéville. Cada uno a su manera supuso rupturas y adentró a sus autores en un medio entonces todavía joven como era la televisión. El proyecto de «enciclopedia visual» de Rossellini, truncado por su temprana desaparición, se inspiró en ideas del pedagogo moravo Iohannes Amos Comenius (1592-1670), como la teoría de la «visión directa». Por su parte, Godard y Miéville fundan a principios de los setenta del siglo pasado su propia compañía de producción, Sonimage, que recibe encargos del segundo canal de la televisión pública francesa para realizar las largas series Six fois deux / Sur et sous la communication (1976) y France / tour / détour / deux / enfants (1978). 

Dedicaremos dos sesiones a la cuestión. Por un lado, proyectaremos tres episodios de la obra para televisión de Rosellini y Godard-Miéville, seguidos de un coloquio con José Antonio Escrig —profesor del departamento de Didácticas Específicas de la facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza— y José Ángel Alcalde —passeur y maestro socrático de varias generaciones de cinéfilos barceloneses, fundador de Xcèntric—. Por otro, una charla de Paulino Viota, uno de los mejores conocedores de la obra de Godard, sobre quien acaba de publicar el libro Jean-Luc Godard. 60 años insumiso (Athenaica, 2022).

Atti degli apostoli [episodio 2]
Roberto Rossellini
Italia-Francia-Túnez-Alemania-España, 1969, 57 min, 35 mm a digital

France / tour / détour / deux / enfants [episodios 1A y 1B]
Jean-Luc Godard y Anne-Marie Miéville
Francia, 1978, 25 min + 25min, vídeo de 1'' a digital

 

El pensamiento sensible de Godard

Charla de Paulino Viota

Querido Manuel: 

Justo tras colgar el teléfono, me vino a la mente Deux ou trois choses que je sais d'elle (1967), de la que, por casualidad —todo sucede por azar— había visto un momento ayer. Si se trata de poner en relación a Rossellini y Godard, y si queremos ver a Rossellini en su dimensión didáctica y destacar que se ha dedicado, en los últimos quince años de su prodigiosa carrera, a ponernos delante el pensamiento que ha marcado el camino de la humanidad, no veo otra película de Godard donde eso se manifieste de manera tan directa e incluso desvergonzada, yo diría, como en Dos o tres cosas que sé de ella.

Godard en persona (su voz, que escuchamos en susurros, como si estuviera sentado a nuestro lado en el cine y no quisiera molestar a los demás espectadores) filosofa a partir de lo más cotidiano, como es la espuma de una taza de café en un bistró o el lavado en el túnel de una estación de servicio de un Mini Morris (tú conoces mi análisis de esa escena).

Godard se hace filósofo y utiliza el cine, como quería Eisenstein, como imagen, como «pensamiento sensible», que dé soporte material a sus filosofías (basadas en Francis Ponge, escritor «frío», como nuestros dos cineastas, que aúna poema y ensayo y toma partido por las cosas).

Rossellini no filosofa, pero nos muestra a los que lo hacen igualmente en su vida cotidiana, criando cabras, sembrando o torneando vasijas en Los hechos de los apóstoles.

En mi charla podría proyectar algunas de estas escenas y comentarlas un poco.

Se me ha quedado grabada, en Los hechos, la del Concilio de Jerusalén (si no recuerdo mal), en la que esos pastores, agricultores y artesanos, discuten, sin ninguna prosopopeya, de la manera más llana y en perfecta amistad, si el cristianismo ha de ser solo para una etnia o para todo el género humano. Y una cuestión que acaba siendo esencial para el futuro de todos se concreta en el hecho tan físico, tan material (como la taza de café o el Mini Morris) de la circuncisión.

Me gustaría comparar la maravillosa escena de Rossellini con otra de alguna película de gran empaque, donde se discuta también una cuestión importante, quizás en el Senado de Roma, en La caída del Imperio romano o en Espartaco (si hay algo así). Destacaría la originalidad de Rossellini.

¿Podría ir por ahí mi parloteo? Si estás de acuerdo, esta misma carta podría servir de presentación.

Un abrazo,

Paulino

Lecciones de cosas: Rossellini, Godard-Miéville
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