Porte sans clef
Pascale Bodet, Francia, 2018, 79 min, color, francés
Esta es una comedia extraña. Una mujer, la cineasta aloja a varios amigos en su casa, pero no les da la llave. Para salir les basta con irse y dar un portazo pero para entrar necesitan que haya alguien en casa. La casa es, en cierto modo, un refugio. Dentro de ese refugio, y en las calles cercanas, suceden pequeños desencuentros, detalles que ponen de los nervios: un robo, la típica estafa legal de una compañía telefónica, una declaración de amor, un poco de costura y mucho más. Todos esos cruces crean una forma de burlesco brusco. Aunque el burlesco, ¿no era acaso una cuestión de golpes? Aquí, desde luego, también hay golpes. Además, todas las actrices y actores, incluida la cineasta, tienen, cada cual a su manera, una gracia corporal muy singular. Hay que verlos hablarse, no entenderse, hacer gimnasia, servir café, comer y pegarse. Todos han sido mirados y dirigidos por lo que son: seres singulares y, al mismo tiempo, todos humanos, necesitados de ciertas cosas, necesitados, por ejemplo, de un lugar en el que estar, de un refugio, de un techo.