Lan es la sección del festival en la que nos reunimos de distintos modos para reflexionar en torno a los procesos de imaginación y trabajo en el cine documental.
Paisaia ofrece un panorama del cine más alternativo e innovador, complementado por presentaciones y diálogos con sus autores. Además, estas sesiones se plantearán con un formato de foro, generando espacios físicos que hagan posible tanto el encuentro de los cineastas entre sí como con el público.
Termitas muestra obras emergentes o poco proyectadas de nuestro contexto inmediato, y lo hace pidiendo a las y los cineastas que presenten además materiales procesuales de trabajo. Su nombre viene del artículo de Manny Farber «Arte termita contra arte elefante blanco» (1962), donde leemos acerca de aquellas películas que «parecen desdeñar la cultura del oropel, envueltas en un tipo de emprendimiento de castoras despilfarradoras que no es de ningún lado y no sirve para nada. Un hecho peculiar sobre el arte termita/lombriz solitaria/musgoso es que siempre avanza devorando sus propios límites, y no deja nada a su paso más que huellas de su actividad ansiosa, trabajosa y descuidada».
El formato súper 8 fue comercializado en 1965. Su auge, entre principios de los años setenta y mediados de los ochenta, coincidió con un ciclo global de revoluciones, derrotas y transformaciones de las izquierdas, marcadas por la violenta irrupción de las políticas neoliberales a escala planetaria. En este contexto, el súper 8 desplegó una fascinante ambivalencia en el plano de las prácticas fílmicas. Así, fue un agente decisivo para redefinir los parámetros de los cines políticos nacidos del ciclo del 68, pero también generó nuevos y más estrechos vínculos entre las prácticas culturales, la economía fósil y los imaginarios energéticos del capitalismo expansivo.
Una película inacabada sobre la flor del Yrupé, un nenúfar amazónico, realizada durante el exilio en Buenos Aires, es el punto de partida a un acercamiento poético y político al archivo de Zúñiga; reúne extractos de películas, fotografías, cartas, y otros fragmentos de un fondo que atraviesa la historia del siglo xx, pero también imágenes inaccesibles, películas perdidas, incertidumbres y polémicas; y, por fin, quizás performando hoy una extensión de sus gestos de transmisión, documentación y recreación, cuidado y compromiso político.
Punto de Vista propone un año más un espacio en el que productoras, creadores, asociaciones y festivales tengan un lugar de intercambio y conversación sobre el cine documental.