Quizá hoy, en un mundo cargado de imágenes inmediatas y plenamente urbanizado, nos resulte difícil recordar que fue justo hace poco más de un siglo —con la segunda revolución industrial y el nacimiento de las modernas ciudades— cuando surgió el cine, un nuevo lenguaje para comprender ese nuevo mundo y del cual somos herederos.
Los operadores de los hermanos Lumière dedicados a viajar con su cámara por todo el mundo, fueron comprobando poco a poco las posibilidades formales y sintácticas de ese nuevo lenguaje. Y traían no solo imágenes del mundo, sino un punto de vista, un encuadre, un ángulo desde el que mirar la vida que pasa delante de la cámara. Ese ojo de la cámara reflejaba mejor que nada el espacio disruptivo y el movimiento imprevisible de la nueva ciudad. Y con ello una nueva realidad, que para ser analizada y explorada exigía ser contada con un nuevo lenguaje. En un solo plano cinematográfico de las calles de París, tomado entonces por los operadores de los Lumière, podemos observar al burgués caminando junto al proletario, a las obreras saliendo de la fábrica, al mendigo y al aristócrata compartiendo un mismo espacio de la ciudad, pero con ello quizás también algo más radical: la hipótesis de que, en un momento dado, pueden trastocarse los papeles, de que en el fondo sus destinos son muy volátiles. Para el espectador de la época, un plano de este tipo podía ser más ilustrativo de la nueva realidad social que cualquier novela al respecto.
Durante el último siglo, del París de los Lumière a la ciudad futurista en Blade Runner, la gramática del cine y la mirada de la cámara fueron evolucionando al compás de ese espacio urbano que retrataban, porque el cine, tanto en su vertiente de máquina de sueños como en la de documento de la realidad, nació para ser visto y comprendido por sus habitantes.
La sesión «El cine en marcha. La actualidad de los Lumière» —acompañada de la proyección de fragmentos de su filmografía— pretende incentivar en los estudiantes de secundaria el interés por la historia del cine —sus orígenes y la evolución de su lenguaje—, y con ello hacerles partícipes de Punto de Vista, como un evento que relaciona la parte artística y poética del cine con su vocación documental, de retrato de la realidad.
Información práctica. Jueves 30 de marzo a las 11:00 en Filmoteca de Navarra. Dirigido a colegios e institutos para estudiantes de secundaria y bachiller. Los centros educativos interesados pueden contactar con
produccion@puntodevistafestival.com.