Rosa Maria Antuña. Retrospectiva de una no cineasta

¿Qué es el cine? ¿Qué se considera una película? ¿Y qué hace que alguien sea cineasta? Cuestiones complejas, sin respuestas definitivas. Para Chantal Akerman, quien se hace eco del poema «Sacred Emily» de Gertrude Stein, «el cine es el cine es el cine, una rosa es una rosa es una rosa». Sin embargo, en 1968, una brasileña autoproclamada «no cineasta» demostró con su lenguaje poético que una rosa es cine y el cine es una rosa, al convertirse en una de las primeras mujeres en dirigir una película en su país.

A los 26 años, Rosa Maria Antuña se matriculó en la primera escuela de cine de Brasil, inaugurada en 1962 en Belo Horizonte, una ciudad aislada por montañas y alejada de los grandes centros cinematográficos de Río de Janeiro y São Paulo. El cine brasileño empezaba a ganar prestigio en los festivales europeos a través del Cinema Novo, lo que alimentaba la esperanza de que hacer películas en Brasil se convirtiera en un sueño posible. Al mismo tiempo, crecía el miedo y la represión debidos a la dictadura militar instaurada en 1964.

Decidida a escapar de los estereotipos de una familia tradicional y sin saber lo que significaba ser una cineasta, Rosa se enamoró de este arte e hizo dos cortometrajes de carácter feminista, además de contribuir a los proyectos de sus compañeras y compañeros de escuela.

Su primera película, Rosae Rosa (1968), retrata un conflicto de clases a través del encuentro entre un mendigo y una joven adinerada. La chica le ofrece una rosa que no tiene ningún valor simbólico para el mendigo. Al recibir la flor, el hombre se la come y deja al espectador con un mensaje: lo primero es el hambre, no la poesía. La película puede verse como una autocrítica, ya que el nombre propio de la autora está en el título en latín, que significa «una rosa para Rosa». Una indicación de que la poesía (la flor) de su propia obra es para ella misma. La copia original, perdida durante décadas, fue localizada, pero se encuentra deteriorada y no ha sido posible, hasta el momento, digitalizarla a partir de los materiales fotoquímicos originales. Se mostrará no obstante durante la sesión una copia digital de baja calidad obtenida a partir de un telecine más antiguo.

Su segunda película, Solo (1969), estuvo escondida en la cocina de Rosa durante más de cincuenta años hasta que fue recuperada digitalmente para mi proyecto Yo no soy cineasta, una película documental que pretende tejer la historia de esta pionera olvidada del cine brasileño. Con apenas noventa segundos de duración, las imágenes de Solo muestran a una mujer solitaria que, en un ambiente doméstico y religioso, se masturba con una estatua de san Antonio. Su primera y única proyección fue en el V Festival Brasileiro de Cinema Amador Jornal do Brasil/Mesbla en 1969. «Iconoclasta», «erótica» y «cómica» fueron las únicas interpretaciones que la mirada masculina pudo hacer de esas imágenes en aquel momento. Avergonzada por la recepción negativa de su obra, la directora decidió autocensurarse y ocultar así su pasado artístico y sus películas a ojos de todos.

En 1970, la dictadura cerró la escuela y, con ella, los sueños de hacer cine en Belo Horizonte.  Durante los ocho años de existencia de la institución, se produjeron más de cincuenta películas. Eran producciones en 16 mm, en blanco y negro, imbuidas de un tono poético y hechas por autoproclamados «no cineastas» y «amateurs». Estos creadores pusieron en marcha sus propios festivales cinematográficos en los que compartir sus obras con estudiantes de secundaria y universitarios. Sin embargo, en medio de estos esfuerzos creativos, prevalecían tiempos difíciles: la dictadura era más represora y censora que nunca, y ser artista suponía un peligro palpable.

A pesar de su talento para el cine, Rosa renunció a su sueño de ser cineasta y optó por la seguridad; asumió los roles de bibliotecaria, madre y esposa modesta que en su juventud había rechazado.

Cincuenta años después, formé parte de la primera generación de los reabiertos cursos de cine de la misma institución y tuve que enfrentarme a las mismas inquietudes que Rosa Maria. Intrigada por el pasado de la escuela y decidida a buscar referencias femeninas en la historia del cine brasileño, fui en busca de pistas y pequeños fragmentos de memoria que restituyeran los trabajos y los días de esta autodeclarada «no cineasta», así como la historia de nuestra escuela de cine compartida. Entre nosotras surgió una amistad que muestra cómo, a pesar del tiempo transcurrido, las angustias y los miedos de las mujeres cineastas siguen siendo similares. Por el camino, me encontré con más antiguos alumnos, varias películas perdidas o en riesgo de perderse para siempre, y un contexto político desfavorable a la conservación del cine brasileño.

En esta sesión, hablaré del proceso creativo de mi proyecto de largometraje documental Yo no soy cineasta, así como de mi investigación sobre el cine de Belo Horizonte en la década de los sesenta, especialmente sobre las películas de Rosa Maria Antuña, y relacionaré el contexto histórico con los pequeños fragmentos de memoria superviviente. También abordaré los esfuerzos de un grupo de personas para localizar y digitalizar las dos películas de Rosa Maria, y las alternativas que encontré para superar la falta de políticas públicas de preservación del cine y la cultura en el país.

Izabela Silva

 

Solo
Rosa Maria Antuña, Brasil, 1969, 1 min 30 s, DCP.

Rosae Rosa
Rosa Maria Antuña, Brasil, 1968, 6 min, 16 mm a archivo digital.

Rosa Maria Antuña. Retrospectiva de una no cineasta
Promueve
Gobierno de Navarra
Organiza
NICDO
Con la ayuda de
Con la financiación del Gobierno de España. Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales Acción Cultural Española Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia Financiado por la Unión Europea. NexGenerationEU
volver_arriba

Utilizamos cookies propias y de terceros para los siguientes fines:

Para configurar las cookies que se instalen en su equipo marque o desmarque las distintas opciones de cookies y posteriormente clique el botón "Guardar preferencias".
Al hacer clic en el botón "Aceptar todas las cookies", acepta la instalación de todas las cookies.
Igualmente, con el botón "Rechazar cookies" deniega el uso de todas ellas.
Pinche aquí para obtener más información sobre nuestra Política de Cookies.