oversize
Cada vez que me sitúo próximo a una bicicleta suelo chocar un costado del sillín con mi cadera. Esta pequeña acción marca la distancia que va desde la suela de mi calzado a mi cintura. Incorporé este gesto durante un periodo en el que iba todos los días a trabajar en bicicleta. Un automatismo similar al de un conductor de automóvil que toma asiento y ajusta algunos elementos, como el retrovisor o la posición del volante. Cuando al chocar el costado del sillín con mi cadera había un desajuste de altura simplemente aflojaba la abrazadera de la tija y regulaba su altura. Subía o bajaba este componente para que la distancia desde la base del pedal hasta el asiento equivaliese al largo interior del pantalón o al largo de la pierna. La tija es el tubo que une el cuadro de la bicicleta con el sillín.
Recuerdo bien que en mi bicicleta apenas podía alzar la tija. El cuadro de la bicicleta, que equivaldría al esqueleto del vehículo, era demasiado grande. Mi posición a la hora de conducirla era un poco forzada y mi cuerpo, en ocasiones, se resentía o dificultaba la reacción ante situaciones comprometidas. Con ello entendí, que como un pantalón, unos zapatos o una camisa, una bicicleta tiene diferentes tallas que se adaptan al cuerpo de cada ciclista y que como cuando te compras calzado, esta debía ser de tu talla. La bicicleta es una máquina a medida; cada elemento que la compone responde a una proporción, un tamaño que se corresponde con el cuerpo de quien la conduce.
Hace tiempo que no tomo más la bicicleta para desplazarme. Después de algunos accidentes y debido a las distancias, cada vez más amplias que debo realizar en mis varios desplazamientos diarios en la ciudad, decidí dejar de utilizarla habitualmente. Con ello he sido poco a poco consciente de que he ido modificando mi manera de vestir, de modo que anteriormente solía llevar ropa más ajustada, más apta para una conducción cómoda y segura; y últimamente he ido incorporando algunas prendas ‘oversize’, como una cazadora que he sumado recientemente a mi armario.
Esta cazadora de Balenciaga me recuerda a aquel cuadro de mi bicicleta. Aunque realmente sea de mi talla, fui un poco osado comprándola. Recién estrenada pensé que llevaba un saco enrome e informe que casi llegaba mitad de pierna, con unas mangas larguísimas que cubrían mis manos, pero con el tiempo he entendido sus proporciones y cómo se adapta a mi cuerpo. Tal y como me pasó con el cuadro de mi bicicleta, incorporé sus formas a mi cuerpo y las convertí en un elemento más de mi día a día, como un accesorio de mi vestuario, aunque sus patrones estuvieran pensados para otro cuerpo.
Antonio Menchen
Iñaki Garmendia (Ordizia, 1972) forma parte de una generación de artistas vascos marcados por una estética que superpone significados heterogéneos, inspirados en tendencias paradójicas como el nacionalismo cultural y la globalización. El audiovisual, las subculturas juveniles y ciertos productos industriales favorecen la tensión entre las múltiples lecturas de su obra, producto de la realización de derivados: versiones de objetos culturales a los que se vincula y desgasta. Aunque parezcan hundirnos en su extenso metraje, sus obras resultan opacas. Evitan una adscripción de significado inmediata y rechazan cualquier instrumentalización de imágenes y escenas cargadas de antemano, carecen de una narrativa tradicional y se instalan en una especie de abstracción que recuerda uno de los mandatos más explícitos del expanded cinema. Antonio Menchen (Toledo, 1983) es un artista que vive y trabaja en Madrid. Está exponiendo actualmente en el Centro Botín dentro de la exposición ‘Itinerarios XXIX’. Ha expuesto recientemente de manera individual en Saint-Martin Bookshop en Bruselas con una exposición que tituló ‘run, ribbon, rail’. Anteriormente ha expuesto en la Fundación FIMINCO en París, la galería ethall de L’Hopitalet del Llobregat, en el museo Artium de Vitoria-Gasteiz, la Papelería en Madrid, la galería Elba Benítez también en Madrid o Bulegoa z/b en Bilbao entre otros lugares. Terminó sus estudios de Bellas Artes en Madrid en 2007, estudió escultura y cine de la Akademie der Bildenden Künste de Viena y posteriormente realizó un máster en el Goldsmiths College de Londres. |