Programa 4

Varias películas de Frans van de Staak parten de la poesía como material verbal.

En Tien gedichten…, el actor Donald de Marcas recita diez textos de Hubert K. Poot, un «poeta granjero» neerlandés de principios del siglo XVIII. La poesía barroca de Poot, artificiosa e idílica al mismo tiempo, se materializa en escenarios campestres como los que habitó el propio escritor. El recitado de Marcas, la gestualidad de sus poses, así como los numerosos elementos escenográficos que interfieren en el paisaje, actualizan de modo imprevisible y no exento de humor los textos.

En Windschaduw, van de Staak colabora por primera vez con el escritor experimental Gerrit Kouwenaar (volvería a hacerlo dos años después, en Ongedaan gedaan). En esta última, los poemas aparecen escritos en pantalla, pero Windschaduw es la voz del poeta la que recita en off dos de sus poemas. Los versos de Kouwenaar, entre lo cotidiano y lo extraordinario, se encabalgan a las acciones de los dos únicos personajes de la película, un hombre y una mujer que se reúnen y separan en habitaciones cuyas ventanas dan a luminosos exteriores. “Paisajes a la vez liberadores y pisoteados. Ni un metro inviolado. Un bosque gastado. Un mundo que se acaba” (Johan van der Keuken).