La contaminación lumínica con la que convivimos actualmente no solo genera cambios significativos en la salud humana, animal y vegetal, sino que también crea un telón eléctrico que nos impide observar la noche y lo que ella revela. Es como si, socialmente, evitáramos afrontar la oscuridad.
Encuentro pulsión artística en realidades donde las relaciones de clase son determinantes. Uso el archivo como punto de partida para mi investigación y la fragmentación como forma narrativa. Últimamente, me he dado cuenta de que la ausencia y la búsqueda son conceptos que resuenan habitualmente en mi trabajo. En los próximos meses, observaré y leeré el paisaje, buscando en él huellas casi ocultas de un tiempo pasado.
Para conectar con el territorio navarro de manera tangible, adquirí el negativo de una fotografía tomada en Pamplona. En ella aparece una pareja, separada por un notable espacio entre ambos. Está fechada un mes y un año después del inicio de la guerra. En ese vacío, en ese hueco, espero descubrir algo.
Mi intención es encontrar la memoria en la oscuridad, esperando que se manifiesten, de manera visual o sonora, esas huellas del pasado que la luz del presente oculta. Recopilaré aquello que ocurrió —u ocurre— sin luz, como la fuga de presos del Fuerte de San Cristóbal o el proceso de revelado de una fotografía. Quiero explorar fílmicamente la noche —y la memoria— durante el desarrollo del proyecto a realizar en X Films. Apagaré las luces y esperaré.
Pablo Casanueva