Inseparable de Basker, Bonde i Baskerland completa el singular retrato colectivo del País Vasco realizado por Grenholm y Olson. Centrada en la vida rural, la película tiene un carácter más etnográfico y muestra (además de bellas imágenes del paisaje y algunas localidades del norte de Navarra como Arantza), la vida rural en estampas rodadas en Ataun (labrado con laias, confección de talos, todo bajo la asesoría y atenta mirada del padre Barandiaran) y en el caserío Itxasmendi de Bergara (la cotidianeidad es soreprendida con una naturalidad pasmosa). El documento termina con imágenes de oro para los vascólogos: la gran música Maurizia Aldeiturriaga a la pandereta, junto a su marido Vancio Bernaola interpretan una jota en castellano en la cocina de su caserío en Elixabiti (Artea-Bizkaia).