Como cada año, el festival abre un espacio importante dentro de su programación a las películas de aquellos cineastas que participan en el jurado. En este caso son tres nombres, con propuestas cinematográficos muy diversas, las que darán a conocer parte de su trabajo.
En primer lugar, el ganador del Gran Premio Punto de Vista en 2011, J.P. Sniadecki, que regresa con tres nuevos films de muy diferente factura y dos de ellos estreno absoluto en nuestro país. El primero de ellos es People’s Park, largometraje estrenado en el pasado Festival de Locarno, y al que Shelly Kraicer, del Festival Internacional de Cine de Vancouver, ha calificado como “brillante y festivo documental conceptual” que “captura la vívida realidad de un parque urbano” utilizando como técnica de filmación una única toma continua. El otro estreno es Yumen, una historia ambientada en un pueblo casi fantasma de la árida región noroccidental de China; por el que deambulan jóvenes inquietos, un artista itinerante y una mujer solitaria, todos ellos en busca de contacto humano en una ciudad que se desmorona. Esta película llegará a Punto de Vista tras su estreno mundial en el Festival de Berlín. Y por último, The Yellow Bank, cortometraje definido así por el propio Sniadecki: “mirar, esperar y atravesar: un retrato de Shanghai en la confluencia de una climatología tormentosa, una arquitectura imponente y unas vías fluviales revueltas durante un eclipse total de sol”.
Bill Brown es un huidizo cineasta que prefiere trabajar al margen de los grandes centros de producción de su país, Estados Unidos. Brown realiza su trabajo de una manera callada y artesanal, y el festival ha seleccionado un total de nueve films (de entre 2 y 43 minutos), que funcionan como una introducción en España de un trabajo prácticamente inédito. Los títulos son los siguientes: Roswell, una mirada descabellada y humorística al supuesto accidente de un platillo volador en la zona de Roswell; Hub City, un retrato realizado con amor y humor sobre su ciudad natal; Confederation Park, un documental reflexivo y hasta sombrío, que presenta un pastiche de lugares de Canadá en los que el director ha vivido y donde los límites del conocimiento son el verdadero tema; Buffalo Common, donde ofrece una mirada empática de las ciudades de Dakota como fronteras solitarias, cautivantes y hermosas en su lamentable vacío; Mountain State, una mirada al pasado perdido, a partir de señales humanas y naturales del paisaje; The Other Side, ensayo repleto de paisajes mágicos y agudas observaciones expresadas en voz baja en la frontera entre México y Estados Unidos; Chicago Corner, que parte de un artículo sobre desalojos y demoliciones de un complejo en Chicago; Document, versión redactada del Informe Especial sobre Actividades de Detención e Interrogatorios Antiterroristas del Inspector General de la CIA; y Memorial Land, en estreno mundial, un cortometraje documental donde Brown examina algunos de los monumentos caseros del 11S, junto con los motivos por los cuales un grupo de siete personas tomó la insólita decisión de construirlos.
Y, por último, Christian Von Borries, de formación musical y alejado de cualquier ortodoxia fílmica, que llega a Punto de Vista con dos películas que son verdaderos ejercicios de vampirismo contemporáneo en términos fílmicos. Películas provocadoras, incontenidas e incontenibles, facturadas con retazos y desparpajo para realizar una denuncia global del sistema a partir de sus propios elementos. Dubai-in-Me, un film que trata el modelo de negocios de Dubai y sus condiciones de trabajo; y Mocracy – Neverland in Me, un análisis del consumismo, el capitalismo, la opresión, la pobreza y la industria de la solidaridad. Una película que, en sí, es una democracia en miniatura en la que se representa una polifonía condenada al fracaso.