Conferencia de Bernardo Atxaga, el próximo lunes 9

El escritor Bernardo Atxaga impartirá una conferencia acompañado de Chris Wertenbaker, el hijo de la familia criado en Ziburu y protagonista con once años de los documentales de Orson Welles. Al finalizar, Chris Wertenbaker ofrecerá un pequeño concierto de guitarra con las canciones que aprendió en su infancia en la costa vasca, con la colaboración del coro de la ikastola Paz de Ziganda. La conferencia tendrá lugar el próximo lunes 9 de febrero en la Sala Bulevar de Baluarte a las 20.00 h.

The Land of the Basques: miradas
(texto de presentación de la conferencia)

La mirada es siempre creadora, inventora. Descubre lo que hay frente a los ojos, pero también lo que no hay. Recuérdese que Don Quijote vio gigantes donde sólo había molinos de viento, y que, según la famosa novela,  Robinson Crusoe pasó por Pamplona como si de una ciudad del Polo Norte se tratase, entre nieves y vientos atroces. Recuérdese, asimismo, por citar casos populares, que hay personas que miran una noche al cielo y ven, no ya un ovni, sino cientos de ovnis pasando en bandadas, como si fueran patos o estorninos, y que tampoco faltan los que, en ese mismo cielo, contemplan la sucesión de estrellas como si de un panel informativo se tratara, deduciendo mensajes que lo mismo sirven para cuestiones de amor que para las de salud o de dinero.

Hay además miradas que, aparte de ser inventoras o creadoras, tienen la cualidad de abarcar mucho, de ser generales. Así la de la literatura, o la de la ideología política; capaces, ambas, de componer la imagen de un país entero o la de un enorme colectivo de personas. Pensemos en la generación del 98 que, según nos contaban los manuales, dio carta de naturaleza a Castilla e hizo de ella la quintaesencia de España. Pensemos también, viniendo más cerca, en Pío Baroja, cuyos ojos —aquellos ojos pequeños escondidos bajo la boina— fueron luego guía para muchas generaciones, hasta el punto de que cuando alguien decía “paisaje vasco” venía a decir “paisaje vasco según descripción de Pío Baroja en sus cuentos y novelas”.

¿Y el cine? Pues el cine, lo mismo. Crea paisajes, crea gentes y ciudades, crea el mundo.  Pensemos en las películas del Oeste. ¿Existen paisajes como los que recorre la diligencia de John Ford? Desde luego que sí, y cualquier turista puede visitarlos en la reserva de los indios navajo en Arizona, Monument Valley. Pero es muy improbable –imposible, en realidad– que ninguna diligencia pasara nunca por allí, un desierto absoluto, sin pueblos ni ranchos, sin vía alguna de comunicación. Sin embargo, la imagen habita nuestra mente. Igual que la habita el cowboy de botas, chaleco y sombrero, vestimenta que los vaqueros de verdad empezaron a utilizar imitando lo que veían en las películas que, supuestamente, trataban de ellos y contaban sus historias. Ya se sabe, la naturaleza imita al arte.

La tierra de los vascos – The Land of the Basques– no ha sido, en lo que al cine se refiere,  un lugar tan “mirado” como el Viejo Oeste, pero tampoco, ni mucho menos, un lugar olvidado del mundo. Directa o tangencialmente, han sido muchas las películas que lo han tomado en consideración.  Pero, con todo, no es eso lo singular. Lo singular es que estuvo ahí, ante las cámaras, desde el puro principio, desde los hermanos Lumiére o Louis Delluc; artistas legendarios a los que, en los años cincuenta, seguiría un director no menos legendario, Orson Welles. Que el Festival Punto de Vista y su ciclo Chez les Basques nos lo haya hecho saber y quiera mostrárnoslo, es algo que todos los que amamos nuestro país y amamos el cine agradecemos profundamente.

                            Bernardo Atxaga