Pas de nostalgie, camarades, próximo FOCO Punto de Vista en la Filmoteca de Navarra

Pas de nostalgie, camarades.

Filmoteca de Navarra acoge este jueves 26 de noviembre, a las 20 horas, una nueva sesión de Foco Punto de Vista. En esta ocasión, el título ha sido elegido por los programadores del cine L´Atalante de Baiona, con quienes el Festival Punto de Vista mantiene un intercambio de cine que sigue en paralelo el hermanamiento de las dos ciudades. Esta vez la película que pasarán en nuestra ciudad los responsables del cine de Bayona será  el documental Pas de nostalgie, camarades (Francia, 2015). Se ha preparado una sesión especial con la presencia de su directora, la cineasta francesa Isabelle Solas, y Simon Blondeau, representante del cine L´Atalante que ya nos ha visitado con el mismo propósito en otras ocasiones.

Directora y camarógrafa formada en la Escuela de Lussas Doc, Isabelle Solas ha realizado los cortometrajes Dorsale sur le proche atlantique (2006), Déviation (2009), 4 (2007) y En un temps suspendu (2012). También ha dirigido los mediometrajes Voisins, Rencontres et jardins cachés (2009), La Presqu’île (2010) y Anastasie, portrait documentaire (2011); así como los largos Inventaire (2008) y Avoir 15 ans sur le Plateau (2012).

Pas de nostalgie, camarades retrata la sede de los sindicatos de Burdeos, conocida como La casa del pueblo. Aunque este edificio parece en estado de sueño, olvidado por todos, en sus entrañas los militantes se debaten y preguntan por la forma de mantener viva su lucha sindical. El Ayuntamiento trabaja en su renovación pero, ¿a qué precio? Sin esperar a la repuesta, un grupo de artistas impaciente y activo se desliza discretamente entre sus muros soñando nuevas posibilidades. Con esta película Isabelle Solas confirma su querencia por los espacios cerrados y abandonados, presentes en filmes anteriores como Dorsale sur le proche Atlantique, Inventaire y En un temps suspendu.

El intercambio de cine entre Punto de Vista y l´Atalante (dos nombres que hacen homenaje además al cine de Jean Vigo) se completará el 26 de enero con la proyección de la película Le complexe de la Salamandra (Stéphane Manchematin y Serge Steyer, 2014), elegida por el director artístico Oskar Alegria para devolver la visita al cine de la capital labortana.

¿Cómo y cuándo decidió rodar esta historia?

Lo decidí hace cinco años, cuando me di cuenta que el edificio no estaba cerrado, y que en realidad había vida dentro. 


Esta película surge tras haber realizado un primer cortometraje (En un temps suspendu, 2013) sobre el mismo tema. ¿Por qué decidió contar los mismo con películas de distinta duración?

Tenía una idea de película, pensaba que iba a ser un mediometraje, como 40 minutos. El corto se hizo con una televisión local que me pidió montar 16 minutos como máximo.

Estaba obligada a adaptarme a esa extensión, así que tuve que escribir de nuevo para encontrar un poco más de presupuesto y seguir trabajando en hacer la versión larga. Al final el largometraje lo hice con otro canal de televisión.

El corto aporta una visión más histórica, habla de la herencia política del lugar, y el largo es una visión sobre un presente con muchas ambigüedades, entre el sindicato y el Ayuntamiento. Hay mucho espacio vacío entre los dos.


En otras obras suyas como Atlantique, Inventaire o En un temps suspendu también ha rodado en espacios cerrados y abandonados. ¿Qué le sugieren estos espacios detenidos?

No podría explicarlo de una manera sencilla. Pienso que responde a una pulsión óptica, a las ganas de crear imágenes, pero también creo que existe la idea un poco naive de volver a insuflar vida de nuevo a espacios casi muertos. La verdad es que la estética de este tipo de espacios me fascina. 


¿Qué valor otorga al paso del tiempo en su cine?

Es el tema principal de mis películas, y también una preocupación importante para todos los cineastas. El cine se dedica a registrar el instante presente, sobre todo el documental, para que no se escape. Es un gesto de vida, pero también de memoria, es también un gesto de angustia… 


En España, los nuevos movimientos sociales vinculados al 15-M parecen haber ganado la partida de la lucha social a los sindicatos. ¿Qué momento vive la lucha sindical en Francia? 

Pienso que el movimiento sindical necesita ideas e imaginación.  La manera de hablar, la postura clásica de los sindicatos ya no es escuchada, pero están defendiendo derechos muy importantes. 

¿Necesita el movimiento sindical una rehabilitación como la del edifico de su película?

En la película, la renovación del edificio también es una trampa, porque es el poder de afuera, el de la derecha francesa, el que intenta entrar en el "templo de los sindicatos" para reivindicar su propiedad del edificio, y transformarlo en un lugar "patrimonial", es decir, un museo. Para ellos sería más fácil decir que la lucha de los trabajadores es una lucha del pasado.

La solución vendría más de una apertura de las puertas a otros movimientos sociales, otras generaciones de militantes, y, desde mi humilde opinión, de una curiosidad por la cultura: por el cine, la música... Por eso hice dos escenas "de ficción" con el proyeccionista de noche, y otra con la banda que toca dentro de esta sala inmensa y vacía. 


En la película, la militancia artística se une a la militancia social. ¿Cree que el arte tiene que tener una carga política y/o social? ¿Cree que ha sido así durante el siglo XX?

No sé si fue realmente así, pero la convergencia de diferentes luchas es una manera inteligente de ir más allá, de unir a generaciones diferentes, de tocar las emociones de la gente a la vez que los discursos… ¡Es una pista!