Punto de Vista no quiere ser ajeno a uno de los dramas más actuales que se viven en nuestros días, el drama de los refugiados, y en su próxima edición dará cabida a una serie de cortometrajes rodados de primera mano por niñas refugiadas en un campo de Jordania que serán proyectados como antesala en cada sesión de la sección oficial. Se trata de un grupo de siete películas que son fruto de los talleres de cine impartidos por la profesora norteamericana Laura Doggett en el campo de refugiados sirios de Za’atari, en Jordania, el segundo más grande del mundo y hogar de 50.000 niños, y también en la ciudad jordana de Irbid, al norte del país. Las piezas, filmadas todas ellas por niñas de entre 15 y 18 años, son un primer paso en el mundo del cine, a modo de diario muestran las vidas personales de sus protagonistas en esa ciudad provisional en la que la Guerra les ha obligado a habitar. Son siete piezas de escasos minutos pero trazadas con un relato profundo y una mirada muy fresca. El testimonio del refugiado es por fin personal y directo, algo que no estamos habituados a ver ni a oír.
Afectada por las trágicas historias que escuchaba cuando visitó el campamento, Doggett decidió organizar dos talleres de cine para ofrecer a las chicas refugiadas la oportunidad de contar sus propias historias en primera persona a través de una cámara.
Las películas que proyectará Punto de Vista se filmaron a lo largo de un número reducido de semanas, durante las cuales las chicas tuvieron que empezar por aprender a manejar una cámara. En palabras de la coordinadora de estos talleres, “no puedo ni imaginar lo que estas chicas podrían hacer si se les diera la oportunidad de continuar este trabajo de forma sostenible. Para estas chicas, contar historias les ofrece la posibilidad no solo de cambiar la trayectoria de sus vidas personales, sino también de presentar esta posibilidad de cambio a otras chicas, y ofrecer formas alternativas de observar, tanto a la gente de sus comunidades como al resto del mundo”. Doggett asegura que la experiencia de narrar su día a día transformó el paisaje inhóspito del campo de refugiados en un nuevo terreno abonado para la exploración, el autodescubrimiento y la autoexpresión.
El taller en el campo de Za’atari Camp fue patrocinado por una beca Felsman, Save the Children International y WomenOne. El taller en Irbid lo apoyó el Comité International de Rescate (International Rescue Committee).
LOS CORTOMETRTAJES