Junto a los programas ya anunciados, LA OTRA CARA DE LA TIERRA e ISLA-TIERRA-MUNDO, el ciclo ISLAS se completará con otros cuatro programas, a través de los cuales recorreremos un archipiélago de 22 islas (y media) y un total de 18 películas. El largometraje de Rudolf Thome, Descripción de una isla, inaugurará este ciclo de la IX edición del Festival que arrancará con una pregunta clave: ¿Cómo contar una isla?
El programa PAISAJES QUE NO DEBE HABER indagará en las distintas técnicas que hay de aproximarse física -y cinematográficamente- a una isla, desde el suave merodeo de Isole Nella Laguna (Luciano Emmer, Enrico Gras, 1948) hasta la metódica disciplina de Haru, Island of the Solitary (Kanerva Cederström, Riikka Tanner, 1998). Entre una y otra, el encuentro azaroso entre la isla y la cámara de Way Jambu (Manu Uranga, 2011) y la lectura horizontal y vertical, decidida a atacar la cumbre, de Cochihza (Khristine Gillard, 2013).
En el segundo programa, FABRIQUÉ UNA MESA Y UNA SILLA, se trazará una particular revisión del naufragio en filmes como L´île deserte de Sophie Roger (2014) y explorando los motivos por los que un isleño puede sentirse extranjero en su propia isla, intranquilo aun dentro de sus fronteras, como así se sienten los protagonistas de Sanã, (Marcos Pimentelm 2013), y Semangat (2010), cuyos directores, Chu-Li Shewring y Adam Gutch, también están presentes en La Región Central con la película Working to Beat te Devil.
Precisamente el verso de Cortázar de su poema Naufragios en la isla, NO PUEDO DECIR NOCHE, da nombre al programa que nos encerrará en las islas prisión, territorios en los que el mar se alza como los muros de una cárcel. Comme des lions de pierre à l’entrée de la nuit, de Olivier Zuchuat (2012), nos sitúa en la isla griega de Makronissos, donde entre 1947 y 1950 más de 80.000 ciudadanos griegos fueron internados en lo que se conocían como campos de reeducación. Por su parte, Charlemagne Palestine aborda, en Island Song y Island monologue (1976), la urgencia de la huida y la angustia del confinamiento.
Por último, EL FIN DE UNA ISLA supondrá reencontrarnos con el continente, un choque que pondrá en entredicho la identidad insular. En Episode of the sea (2014) Lonnie Van Brummelen y Siebren de Haan se preguntan qué queda cuando una isla se adhiere a la tierra, ¿cómo salvar entonces lo aislado? El principio del fin también puede darse en territorio insular. Jan Ijäs susurra en Two Islands (2013) el secreto que esconden dos islas pegadas a la Gran Manzana. A pocos metros de Manhattan, Staten Island y Hart Island son la última estación de lo no reclamado, de aquello que nadie quiere, de aquellos que no tienen nombre.