Otra película del archivo Oteiza que escapa al registro familiar y cuenta con una intención fílmica. Oteiza rueda con su tomavistas el friso de sus 14 apóstoles en Arantzazu (Gipuzkoa), probablemente el año de su colocación en 1969, tras la polémica que os tuvo tirados en una cuneta durante una docena de años, a la intemperie y olvidados. Por eso este Oteiza a la cámara es un Oteiza vitorioso que pasea su mirada de un lado a otro de la obra ya vencedora e instalada, sin detener sus ojos nos enseña las hoquedades de todos ellos, con su tomavistas de mirada tan nerviosa como la suya, subiendo al cielo para incluir de vez en cuando en el plano a la piedad que todo lo ve desde arriba. Hay además unos planos en los que desde un coche se aproxima a la basílica, con la cámara asomada desde la ventanilla, como una pequeña road movie donde nada está quieto.