Peatón sobre el cielo de Broadway que emula las andazas de Harold Lloyd en El Hombre mosca en su particular homenaje-sátira del cine. El artista global, Gordon Matta-Clark, hijo del surrealismo y malogrado en su corta carrera por un cáncer de pancreas, desafía aquí a la vida sin red y lo hace como mejor sabe: como artista del espacio. Colgado de la Clocktower de Manhattan, allí se afeita, allí se ducha y allí se lava los dientes, haciendo del aire su hogar dulce hogar.