Testimonio filmado registrado por Jorge Oteiza (3' 12'', 1989)
Oteiza registra ante una cámara una serie de correcciones al programa que Paloma Chamorro le filmó para La edad de oro, entre otras cosas explica su disconformidad con el rodaje de sus esculturas. Visto hoy, el testimonio es un regalo para saber la idea que tenía el propio escultor-cineasta de cómo se debe filmar una obra escultórica y con qué música se debe acompañar en el montaje posterior, cómo se debe entrar y soltar la cámara en un viaje de formas y cómo Anton Webern es el músico que está por encima de todas las notas. Una pequeña lección que nos servirá para ver la última de sus películas a continuación donde él mismo Oteiza predica con el ejemplo rodando sus propias esculturas en Aranzazu.