Sapovnela es "la flor que nadie puede encontrar". En este poema audiovisual Iosseliani canta a la belleza de las flores de un jardín recoleto. El director subraya el esplendor de sus colores recurriendo por primera vez al color. Y da voz a sus pétalos con su querida música tradicional de Georgia. Un montaje adelantado a su época propone una coreografía floral hipnótica que desemboca en un un desenlace demoledor en torno a los efectos castradores que provoca la civilización cuando irrumpe en la naturaleza.