Los balbuceos del cine no se quedan en tierra, además de salidas de obreros y llegadas de trenes, los creadores de este “invento sin futuro” ruedan también los primeros pasos para viajar por los aires. Encaramado a su artilugio, el franco-brasileño Alberto Santos-Dumont, creador del dirigible con motor y primer hombre en poseer los tres diplomas del aire: globo, zepelin, aeroplano. Tras la cámara, uno de los operarios de la factoría Lumière. El cine y la aviación, a comienzos de siglo, mirándose con extrañeza el uno al otro, recién nacidos.