Sonidos industriales mezclados con cantos tradicionales indígenas, es uno de los extremos que se tocan en este onírico viaje al fin del mundo de la mano de dos directores argentinos: Federico Molentino y Juan Manuel Ferraro. Las imágenes también juegan al encuentro de opuestos: un archivo en blanco y negro de la comunidad selk´nam se proyecta mágicamente sobre los nuevos espacios del progreso. Todo se desarrolla en la tierra sagrada donde vivieron. Así, cazadores de arco y hechiceros conviven “fílmicamente” sobre containers, torres de luz y paisajes urbanos de una geografía perdida.