Desde el otro lado del mundo -y del cine- el artista estadounidense Tom Dewitt nos presenta una figura de Ícaro basada en la abstracción. En su primer trabajo ya nos hablaba del salto y aquí continúa por la misma senda del vuelo con su lente minuciosa -hoy trabaja obsesionado con microscopios y telescopios-. A través de cambios de color, superposiciones y multiperspectivas, su relato mezcla hombres cayendo con siluetas de águilas y nubes que huyen, en un cuento de Ícaro que de alguna manera lo que nos viene a transmitir es la propia inmortalidad del mito: el hombre que cae por los aires en la Grecia clásica es el mismo que cae al vacío siglos después en las torres gemelas.