Estreno en España
Sumo, una de las bandas más emblemáticas del rock argentino, durante los preparativos y el desarrollo de un concierto histórico: la presentación de su último disco en el mítico Estadio Obras, registrado un par de meses antes de que muriera su líder, Luca Prodan.
«Un documento», según el modesto crédito que abre la película. En realidad, una película que estructura el gesto preciso de Rodrigo Espina al grabar el legendario concierto de presentación del After Chabon de Sumo, en el Estadio Obras, el 10 de octubre de 1987. Fue Luca Prodán, carismático líder de la banda, quien le pidió a su amigo que lo grabara porque no creía llegar vivo a fin de año. Y así ocurrió. Las imágenes de Rodrigo — como también el montaje de José Luis García, organizador del material casi cuarenta años después— traducen con grandeza el angustioso pedido del amigo. La cámara de Rodrigo se pega a la piel y a la estela de Luca, muchas veces a a costa de dejar de verle u oírle, de dejar de hacer pie. Jean-Pierre Beauviala decía que las cámaras de vídeo con micro incorporado eran la herramienta ideal para «etnógrafos zánganos» a quienes no dolieran las películas «sin compromiso declarado, sin desencuadre declarado». El desencuadre de esta película no solo está en sus imágenes sino también en su sonido. ¿Un documental musical? Sí, sólo que la cámara no encuadra la música ni el concierto y lo que descubrimos no es tanto lo que pasa en el escenario como en sus alrededores, en el camerino, en los pasillos que salen de él, en los bares vecinos. Repudio de toda forma prefabricada y compromiso con un modo de vida puro y duro hasta el final. Como si el verdadero espectáculo estuviera en la previa y no tanto en el concierto, en la energía necesaria para subirse a un escenario y no tanto en lo que pase después, en la vida corriente de quien a esa altura ya se sabía sombra, imagen.
Manuel Asín