El cielo accesible al alcance de la mano bajo la mirada del gran dibujante británico Dryden Goodwin. Despegamos. Ansiedad, pasajeros como hormigas, aviones que eleven su nariz al viento, el pulso del gran aeropuerto londinense. Sobre él, Goodwin nos dibuja un cielo de doble cara donde experimentar “un refugio místico y un miedo al vacío azul”. Pasajeros que vuelven. Tranquilidad. Aterrizamos.