¿Qué puede y qué no puede volar por los aires? ¿Un joven paraguayo con 9 huevas de cocaina en el estómago? ¿Besugos que pueden contener armas? ¿Pieles ilegales? ¿Una mujer que pierde su billete y se ve obligada a habitar en el baño del aeropuerto? Todas estas dudas lanza este castillo que durante un año armaron la pareja de cineastas milaneses Massimo D´Anolfi y Martina Parenti cuando se encerraron en el aeropuerto de su ciudad, Malpensa, para recoger todo lo que allí acontecía durante cuatro estaciones. Un filme dedicado al vuelo interrumpido, lleno de argumentos para celebrar el comienzo de nuestro ciclo de este año. El primer paso de todo vuelo es la tierra y eso es lo que se ve durante toda la película: peatones del aire a los que han denegado por varias razones su derecho al vuelo y pasan sus horas muertas en esos edificios sellados de fronteras cada vez más estrictas como son los aeropuertos. Los aduaneros se han convertido hoy en los dueños del cielo. Tan pronto disparan a las nubes para ahuyentar aves que puedan perju-dicar a las aeronaves como que los vemos palpar envíos de bogavantes en busca de relle-nos falsos o interrogar inmigrantes entrando en sus móviles personales.
Massimo D'Anolfi, Martina Parenti
Massimo D’Anolfi y Martina Parento
Los cineastas italianos Massimo D’Anolfi (Pescara, 1974) y Martina Parento (Milán, 1972) son fundadores de Montmorency Film y juntos han dirigido los largometrajes documentales I promessisposi (2007), Grandi speranze (2009), Il castello (2011), Materia oscura (2013), L'infinita fabbrica del Duomo (2015) y Spira Mirabilis (2016).