El humo que escupen las chimeneas recibe a los operarios que comienzan su turno en una fábrica metalúrgica de Rustavi, en Georgia. El caldo de hierro fundido genera un calor asfixiante en este averno industrial donde también hay momentos de distensión para un trago de agua, el almuerzo o la pausa para un cigarro. En su primera obra documental, Otar Iosseliani filma una jornada laboral en la fundición donde él mismo trabajó entre 1963 y 1964. Y lo hace a través de una mirada respetuosa que enfatiza la épica de la dignidad del hombre frente a los elementos.