Estreno en España
Un paisaje formado por escenas nocturnas, dibujos y fragmentos de poemas de los literatos coreanos de la dinastía Joseon.
«El aire limpio de la noche se insinúa en la superficie del agua y la luna nueva es inusualmente alta y brillante». Uno de los poemas que aparece caligrafiado en Night Walk parece dar inicio a su forma. La película es una serie de vistas de Segeomjeong, un barrio de Seúl que bordea las montañas. En esta caminata solitaria, las cosas se ven como reflejadas en el agua. No está hecha en color, ni en blanco y negro, sino en gradientes de azul. Las vistas nos van develando un espacio que carga consigo una serie de tiempos. Entre los movimientos leves causados por el viento, el agua y algún animal furtivo, aparecen construcciones humanas. Hace siglos, durante la dinastía Joseon (1392-1897), este fue el barrio de los poetas. Como si fueran parte de los gradientes de azul, la caminata nocturna va develando todo tipo de edificios, desde antiguos hanok hasta edificios nuevos con luz blanca, acristalados. Aparecen sobre las vistas algunos dibujos y diagramas, registros de los movimientos de un canal o de la luz o la forma de las cosas. Aparecen también poemas escritos sobre los fragmentos de caminatas, textos que fueron contemporáneos al principio de este barrio. Esas voces que aparecen en forma de texto y esas presencias humanas que aparecen solo en las huellas de su paso durante siglos al borde de esta montaña se ven, pero no se oyen. La película, aunque no se note, es silente. Lo que cada una escucha le pertenecerá solo a ella.
Lucía Salas