La (nostalgia) entre paréntesis y su “tiempo” entre comillas. Frampton usa la voz de Michael Snow para narrarnos sus recuerdos con fotografías del pasado sobre un hornillo que hace que cada imagen de papel arda y se consuma hasta quedar reducida a cenizas. Es el fuego quien marca la extensión del relato. Así, ninguna imagen ni su recuerdo puede durar más que la llama que la consume. Gran metáfora de la memoria y de la temporalidad en el cine, reforzada además por la disociación de una voz que nunca nos habla de la foto que vemos sino de una que aparecerá o ya ha aparecido, dando al conjunto un aire de recital de anticipación o su contrario: la reminiscencia.