Filmar cómo se vive: sin volver atrás, sin cambios, asumiendo los errores. Y la película como un cuaderno de notas del que no se arrancan las páginas. Un día, una página del diario. Entre el 20 de marzo y el 11 de abril de 2010, Chus Domínguez se alojó en la pensión Eslava del casco antiguo de Pamplona, filmando vidas fugaces que llegan y se van, apuntes sobre el inexorable paso del tiempo. Filmando, también, la imposibilidad del cine de traspasar la barrera de lo evidente. Un día, una página del diario.