Película de encargo del mecenas Juan Huarte que sirvió para promover su industria, pero a su vez otorgó la oportunidad a Nestor Basterretxea y Jorge Oteiza de experimentar con la material cinematográfica como si fuera escultórica. El guion final de lo rodado es de Nestor Basterretxea, pero se sabe que Oteiza participó con varias de las ideas (el mismo Jorge contaba que para él esta película debería narrar la historia de un tornillo) y acabó en los créditos como escultor en un filme que explora la metáfora de las formas industriales de producción y distribución. Con las participaciones también del músico Luis de Pablo y el cineasta francés Marcel Hanoun, el cortometraje fue presentado en festivales y nos da otro ejemplo más de la participación tangencial de Jorge Oteiza en alguna película terminada, sin ser él su autor final.