¿Puede un árbol crecer en el aire sin echar raices en la tierra? En torno a esta curiosa pregunta gravita el poema que escribe la joven iraní Roya Eshraghi en este cortometraje tras encontrar, paseando por La Habana, una imagen tan extraña como poderosa: un árbol que crece en solitario en lo alto de un quinto piso de un edificio en ruinas. El filme se convierte entonces en una bella carta a su padre y en un resumen de su propio desarraigo, la imagen de un árbol que se nutre del cielo en una ciudad en la distancia.