La última y larga obra de Ospina es el testimonio de una doble convalecencia, la suya propia después de un gran susto de salud, y la de su propio grupo de cine, aquel grupo de Cali, también conocido como Caliwood, en el que un grupo de amigos apasionados por el cine lograron producir un conjunto de obras cinematográficas que ya hacen parte fundamental de la historia del cine colombiano. Y lo hicieron en medio de la rumba desenfrenada y del caos histórico de los años 70 y 80. Pocas veces vemos al director de una película contándonos su cine desde la cama de un hospital. Punto de Vista estrenará en España este trabajo que ya ha pasado con gran éxito por festivals como el de Toronto o el de Yamagata.
Luis Ospina
Estudió cine en USC y UCLA. Codirigió el Cine Club de Cali entre 1972 y 1976; la revista Ojo al Cine entre 1974 y 1977; dirigió la Cinemateca del Museo de Arte Moderno La Tertulia, en Cali, en 1986. Ha realizado dos largometrajes de ficción —Pura sangre (1982) y Soplo de vida (1999)— y ha filmado ocho largometrajes documentales, entre ellos Andrés Caicedo: unos pocos buenos amigos (1986), Nuestra película (1993), La desazón suprema: retrato incesante de Fernando Vallejo (2003), Un tigre de papel (2007) y Todo comenzó por el fin (2015). Asimismo, ha dirigido una veintena de cortometrajes, como Oiga vea (1972) y Agarrando pueblo (1977), codirigidos por Carlos Mayolo, crítico de cine en publicaciones como Ojo al Cine, Kinetoscopio, El Malpensante, Número y Cinemateca.
Ha impartido clases de cine en la Universidad del Valle, la Universidad Javeriana y la Universidad de Los Andes. Es autor del libro Palabras al viento, Mis sobras completas (2007), una recopilación de sus escritos de cine; y de los cuadernillos Andrés Caicedo: cartas de un cinéfilo (2007). Desde 2009 es el director artístico del Festival Internacional de Cine de Cali. Ha sido curador de la exposición Andrés Caicedo: morir y dejar obra (2012).