La mala prensa del cuervo lavada a base de un cinepoema que emplea armas más artísticas que las de un simple documental de fauna. Un animal que cuando cae la tarde parlamenta en grupo; un animal que sabe contar hasta cuatro; un animal que consigue su alimento con trucos sobrehumanos… es el objeto de estudio de la fábula que traza este joven cineasta rumano a través de imágenes oníricas donde no falta la recreación humana del animal. Una sátira que a su vez para refleja nuestros prejuicios y nos deja sin argumentos cuando preferimos el canto de un jilguero a esta inteligencia de alas negras que grazna y llena de carcajadas el aire que respiramos al caer la noche.