Raro ejemplar de docuemntal bélico para la época, en el que los soldados no aparecen fieros e iluminados, al gusto de la propaganda, sino cansados, poco comprometidos e incapaces de seguir el ritmo de sus compañeros. Su realismo y falta de grandilocuencia motivaron la prohibición de su estreno.
Fumio Kamei
Bisagra esencial entre el cine de antes y después de la guerra, se formó en Leningrado en los años treinta y pronto destacó como montador. En 1933 ingresó en la productora P.C.L. (Photography Chemical Laboratory), donde sentó las bases del cine documental japonés con Dotô wo kette, Shanghai y Kobayashi Issa. Su película Tatakau heitai (Fighting Soldiers) provocó la ira de los militares y su encarcelamiento. Se consagró como gran documentalista con Nihon no higeki (A Japanese Tragedy), Kichi no ko-tachi: Sunagawa (Record of Blodd: Sunagawa) y Sekai wa kyôfu suru (The World is Terrified: The Reality of the Ash of Death). En 1986 firmó el ensayo cinematográfico Seibutsu mina tomodachi (All Living Things are Friends). Falleció días después de terminar el montaje. Para muchos historiadores y cineastas, Fumio Kamei es el documentalista más representativo de Japón, equiparable a Flaherty, Jennings y Vertov.